Real Decreto 1105/2014, de 26 de diciembre, por el que
se establece el currículo básico de la Educación Secundaria Obligatoria y del
Bachillerato
Vivimos en la actualidad una auténtica revolución tecnológica. En unos pocos años, los avances informáticos y tecnológicos han ido creciendo y formando parte casi inherente de la sociedad actual del mal llamado Primer Mundo, de tal modo que nos resulta imposible recordar cómo viviamos, cómo trabajabamos, cómo nos comunicábamos antes de la era digitial.
De este modo, si la realidad ha cambiado de un modo tan radical, parece lógico pensar que también nuestra forma de enseñar y aprender (pues nunca dejamos de aprender) también debería de cambiar y adaptarse a una nueva de hacer las cosas, mucho más adecuada y coherente con la realidad que se impone fuera del aula.
De este modo, el marco legal educativo de nuestro país debe reflejar, y así lo hace, esta necesidad de cambio acorde a nuestro presente y a la realidad del alumnado. Esta realidad la marca su condición de "nativos digitales" que les conlleva un conocimiento casi natural de la presentación y transferencia de información y el uso de herramientas tecnológicas de una manera que, para los no "nativos" no nos resulta tan intuitiva.
Las nuevas tecnologías serán, de este modo, aprendidas y desarrolladas, por ejemplo, en el aula en una asignatura específica para la opción de Enseñanzas aplicadas en el curso de 4º ESO, Tecnologías de la Información y la Comunicación, que dotará a los estudiantes con las habilidades y destrezas necesarias para aplicar los medios informáticos, intengrándolos de manera más eficiente en el mundo laboral.
Por otro lado, las nuevas tecnologías se integran de manera transversal en todas las materias cursadas en la Educación Secundaria Obligatoria.
Esto se llevará a cabo mediante el uso de medios audiovisuales en el aula tanto por el profesorado como por los alumnos. Esto nos ofrece la posibiliada no solo de ilustrar la información de un modo más eficiente y atractivo, sino ofrecer la creación de proyectos mucho más motivadores y acordes con el mundo actual.
Por otro lado, será una herramienta básica para dotar al alumnado de autonomía como estudiantes y futuros trabajadores y les acercará al conocimiento y comprensión de las diferentes culturas de un mundo cada vez más globalizado.
Es por ello necesario un profesorado preparado y curioso en la adquisición de los conocimientos necesarios para acercar al aula de un modo coherente y natural a esta revolución tecnológica en la que vivimos inmersos y que, parece, solo puede evolucionar.
Finalmente, y como facilitadores de nuevos conocimientos, la ley educativa nos insta a integrar las nuevas tecnologías en nuestra realidad educativa, pero también a abrir los ojos a nuestros estudiantes, de los peligros, límites éticos y aspectos morales que implica su uso.